Jacobo Arbenz Guzmán, presidente de Guatemala, elegido democráticamente, fue derrocado por un golpe de Estado orquestado y financiado por la CIA que lo sustituyó por una brutal dictadura militar. La United Fruit Company -empresa en la que tenían intereses personales el secretario de Estado del gobierno estadunidense, John Foster Dulles, y su hermano Allen entonces director de la CIA- y los bancos colaboraron con la CIA para proteger sus intereses en el país convenciendo a la administración estadounidense de que Arbenz era un comunista, o por lo menos socialista. La operación tuvo un nombre elocuente: Operación Éxito.
El presidente Arbenz había nacionalizado 390 mil hectáreas de la empresa, para iniciar la única reforma agraria que ha tenido Guatemala en su historia. Arbenz dimitió el 27 de junio de 1954 y tuvo que partir al exilio.
Fue la primera intervención directa de la CIA en América Latina. Entre sus consecuencias, se cuentan al menos 200 mil indígenas y muchos no indígenas asesinados en 30 años de guerra civil, una soberanía nacional hipotecada, y ausencia de democracia, vida civil y reconocimiento a los derechos básicos de la población mayoritaria.
Washington no solo impuso el nuevo gobierno militar, y lo armó, sino que además le señaló una lista de personas que debían ser eliminadas de inmediato.
discurso de Arbenz por su renuncia